Hemos sido condicionados a medir el éxito de nuestra salud y bienestar con un solo valor: el número que arroja la báscula. Sin embargo, esta cifra es un indicador limitado que no refleja el estado real de nuestro organismo. Para una transformación profunda, debemos redefinir el bienestar centrándonos en la salud metabólica.
La salud metabólica se refiere a la eficiencia con la que nuestro cuerpo procesa y utiliza la energía que obtenemos de los alimentos. Esto implica tener indicadores clave en rangos saludables, como los niveles de glucosa en sangre, la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos. Es posible que una persona con un "peso normal" según el Índice de Masa Corporal (IMC) tenga un metabolismo poco saludable, una condición a veces llamada "metabólicamente obesa con peso normal".
El bienestar real es un estado integral, un equilibrio dinámico donde el cuerpo, la mente y el espíritu funcionan en armonía. Para medirlo de manera más precisa, es más útil observar indicadores funcionales que nos dicen cómo está operando el organismo:
Niveles de Energía: ¿Tienes energía sostenida a lo largo del día o sufres de altibajos y fatiga constante?
Calidad del Sueño: ¿Consigues un sueño reparador y profundo consistentemente?
Claridad Mental: ¿Tienes buena concentración y un estado de ánimo estable?
Composición Corporal: El porcentaje de grasa corporal frente a la masa muscular es mucho más revelador que el peso total. El músculo es un tejido metabólicamente activo y protector.
Tu peso ideal no es una meta universal ni un número fijo; es el peso al cual tu cuerpo funciona de manera óptima, donde tu energía es alta, tu sueño es profundo, tus análisis están saludables y te sientes fuerte y capaz. Adoptar una mentalidad enfocada en la salud metabólica y en estos indicadores funcionales te permite liberarte de la tiranía de la báscula y enfocarte en construir hábitos duraderos que sustenten un verdadero estado de bienestar.