Nueve tipos de hambre no fisiológicas
2 febrero, 2024 por
L.P. Griselda Camacho
Exploraremos un aspecto fundamental de nuestra relación con la comida: la diferencia entre el hambre fisiológica y las nueve hambre no fisiológicas que propone la autora americana, Jan Chozen. En una alimentación consciente es necesario identificar las señales que nuestro cuerpo nos envía y cómo distinguir entre la necesidad real de nutrición y la comida impulsada por alguna otra motivación, como pueden serlo ciertas emociones, momentos de estrés u otros factores no relacionados con la necesidad biológica.  

Recordemos que el hambre fisiológica es la sensación natural de necesitar alimentarse debido a la falta de nutrientes en el cuerpo. Se manifiesta como una serie de señales físicas y biológicas que indican la necesidad de energía. Identificarla implica prestar atención a estas señales que pueden incluir: el sonido del estómago, una sensación de vacío, debilidad o incluso irritabilidad. El hambre fisiológica tiende a desarrollarse gradualmente y se satisface con una variedad de alimentos nutritivos. 

Es importante diferenciarla de otros tipos de hambre no fisiológica que pueden estar vinculados a factores emocionales, ambientales o hábitos alimentarios automatizados. La autora Jan Chozen Bays propone en su libro "Mindful Eating: A Guide to Rediscovering a Healthy and Joyful Relationship with Food" nueve tipos de hambre no fisiológica que pueden conducir a comer sin tener realmente una sensación de hambre. 

A continuación te las comparto y te invito que vayas una por una tratando de identificar, en algún momento en tu vida, si te has sentido con ese tipo de hambre:


1. Hambre de los ojos (ocular): 

Se refiere al comer impulsado por la apariencia visual de la comida. Por lo que se come basado en la presentación visual: colores, texturas. 

2. Hambre de nariz (olfativa): 

Viene el deseo de comer motivado por encontrar los aromas sumamente poderosos y atractivos de algún alimento.

3. Hambre de boca (oral): 

Deseo por comer debido a encontrar llamativa la textura o el sabor de la comida. 

4. Hambre de estómago (gástrica): 

Se busca la sensación de plenitud en el estómago más allá de la necesidad fisiológica real, pues se buscará llenar una sensación de  vacío en el estómago.

5. Hambre de cabeza (mental): 

Esta hambre se desencadena como respuesta a pensamientos o recuerdos asociados a alimentos específicos.

6. Hambre de corazón (emocional): 

Se busca alimento como respuesta a emociones intensas como el estrés, la tristeza o la felicidad. Las emociones impulsan la alimentación, a menudo como una forma de lidiar con los eventos. 

7. Hambre de células (celular): 

El cuerpo “pide” alimentos específicos, generado por un déficit en el cuerpo, por lo que al satisfacer antojos específicos el cuerpo busca cubrir ciertos requerimientos.

8. Hambre de bolsillo (ambiental): 

Se refiere al comer simplemente porque la comida está a la mano, la disponibilidad de alimentos induce a comer.

9. Hambre de tiempo (temporal): 

Comer debido a patrones de comida habituales, se come según el reloj en lugar de responder a las señales de hambre del cuerpo.


Si es de tu interés fomentar una relación saludable y equilibrada con la comida, comer con consciencia será una herramienta para alcanzarlo. Ahora que conoces estos nueve tipos de hambre no fisiológica, puedes explorar con detenimiento que otras motivaciones tienes al comer. La alimentación consciente implica involucrar todos tus sentidos, tus emociones, tus pensamientos y tu mente al comer, para seleccionar y consumir de manera adecuada lo que tu cuerpo realmente necesita. Al adoptar esta práctica, puedes modificar gradualmente tus hábitos alimentarios, lo que conduce a transformaciones significativas en tu vida. Además, podrás experimentar una mejora general en tu salud de manera integral.

L.P. Griselda Camacho 2 febrero, 2024
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