La obesidad: una forma de sedación
26 enero, 2024 por
L.P. Mariana Álvarez
Mis queridos lectores:

Quisiera compartir con ustedes el tema de la obesidad como una forma de sedación. La sedación es entendida, desde la parte médica, como la técnica que se lleva acabo para guiar a los pacientes a un estado de relajación y calma mediante el uso de ciertos sedantes, ya que facilita la realización de procedimientos incómodos y dolorosos. Existen varios niveles de sedación dependiendo del procedimiento y del estado de salud del paciente. 

Si ustedes continúan investigando sobre el tema se darán cuenta sobre cómo el cuerpo entra en un estado de aletargamiento para no sentir algún estímulo determinado. Pensando en la obesidad como una forma de sedación, podríamos reflexionar juntos sobre cómo la persona que padece de dicha enfermedad deja de percibir su cuerpo. Empieza la dificultad de distinguir e identificar varias funciones corporales como el hambre de la sed o de la propia saciedad, entrando a una desensibilización de su cuerpo. 

Cuando hablamos del cuerpo no sólo hacemos referencia a las funciones corporales sino también a las sensaciones y emociones que existen en cada uno de nosotros. Existen emociones tan dolorosas y displacenteras para el ser humano donde la finalidad reside en la supervivencia, recurriendo a distintas maneras de defenderse y lograr de nuevo un equilibrio psíquico y emocional para ir sorteando lo que sucede en el entorno. Una manera de defenderse es a través del sobrepeso y la obesidad siendo una forma de anestesiarse contra dichas emociones dejando de sentir dolor, estableciéndose una relación donde la alimentación representa una estrategia de goce inmediato, suprimiendo el vacío emocional, para apartarnos de un entorno estresante y con ciertas conflictivas que nos llegan a generar ansiedad o algún otro tipo de tensión.

Para conseguir la sedación temporal, los pacientes pueden tener dos tipos de respuestas: hay algunos pacientes que suelen comer de más teniendo una sobreingesta de comida. Aquí la sedación se puede dar porque termina siendo un buen sustituto gratificante en situaciones de vida que son intolerables,  llevándonos a tener episodios de manía reflejando el exceso de esa gran cantidad de comida que para el propio organismo es difícil de digerir. El segundo tipo de respuesta es cuando los pacientes dejan de comer por tiempos muy prologados entre comidas, por lo tanto, la sedación emocional actúa bajo la sobreexigencia hacia el propio cuerpo a que resista para ejecutar ciertas actividades, forzándolo a desensibilizarse de su corporalidad y atender lo “prioritario”.  

Por lo tanto, es importante de primera instancia que el paciente pueda sentirse vulnerable con ciertas emociones. Que por más que sean displacenteras y dolorosas, pueda elaborarlas acompañado de su proceso terapéutico ya que en ocasiones se busca bloquearlas, ocultarlas y evadirlas, entrando en una imparable conflictiva con el peso, la grasa y la comida. 

Al aprovechar el área de Terapia de Apoyo, el paciente puede identificar y analizar con su terapeuta dichas emociones, ideas o inclusive pensamientos dolorosos que han sido difíciles de procesar durante su vida en cuanto a la alimentación. Si no logramos apalabrarlas las estaremos llevándolo al acto, es decir, seguir con obesidad, con el exceso de grasa corporal innecesaria que termina inflamando nuestro cuerpo. 
L.P. Mariana Álvarez 26 enero, 2024
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