Hablar de duelo es pensar, casi de inmediato, en la pérdida de un ser querido. Sin embargo, en psiconutrición entendemos que el duelo también aparece en otros procesos, como cuando una persona inicia una dieta o un cambio en su estilo de vida alimenticio. Este tipo de duelo puede pasar desapercibido, pero sus efectos emocionales son profundos y reales. Renunciar a ciertos alimentos, modificar hábitos y enfrentarse a nuevas formas de nutrirse implica también decir adiós a una parte de la identidad, a recuerdos y a formas de consuelo.
Recordemos que el duelo es un proceso psicológico que enfrentamos ante las perdidas.
El duelo en el contexto de una dieta no es simplemente por dejar de comer cierto alimento. Es un proceso emocional que conlleva tristeza, nostalgia, frustración e incluso enojo. Cuando comemos, no solo nutrimos el cuerpo, también satisfacemos necesidades emocionales, recordamos momentos familiares, celebraciones o consuelos. Por eso, al hacer cambios en la alimentación, emerge un sentimiento de pérdida: ya no está ese 'premio' después de un día difícil, ni ese 'abrazo en forma de comida' que brindaba seguridad. Reconocer esta pérdida es el primer paso para acompañarnos en el proceso de cambio.
Así como en otros tipos de duelo, en las dietas también pueden vivirse etapas similares: negación (“No necesito cambiar, estoy bien así"), ira (“¿Por qué tengo que dejar de comer esto?”), negociación (“Solo hoy me doy un gusto, mañana vuelvo a empezar”), tristeza (“Extraño mis comidas favoritas”) y finalmente, aceptación (“Estoy aprendiendo a cuidarme de una nueva forma”). Estas etapas no son lineales ni obligatorias, pero reconocerlas permite comprender que lo que sentimos es válido y parte natural del proceso de transformación.
Muchas veces las emociones que nos puede evocar son de mucha confusión porque no procesamos el por qué nos sentimos así. Acompañar el duelo en las dietas implica darnos permiso para sentir. La psiconutrición propone una mirada amable, en la que no se trata solo de contar calorías o seguir reglas, sino de escuchar las emociones que surgen. Es importante rodearse de profesionales empáticos, establecer metas realistas y, sobre todo, evitar juzgarnos. Cambiar la forma de alimentarnos no es un castigo, es un acto de amor propio. Y como todo proceso de amor, necesita tiempo, comprensión y paciencia. Ya que los procesos muchas veces no son conscientes ni para nosotros mismos.
Reconocer el duelo en las dietas no significa debilidad, sino conciencia. Darles lugar a nuestras emociones, despedirnos de lo que fue y abrirnos a lo que puede ser, es parte del camino hacia una relación más sana con la comida y con nosotros mismos. En este proceso, lo más importante no es la perfección, sino la conexión genuina con nuestras necesidades físicas y emocionales.
PASOS PARA ACOMPAÑAR EL DUELO EN UNA DIETA
1. Reconocer la pérdida
Aceptar que estás dejando algo importante atrás. No minimizar lo que significaban esos alimentos o hábitos para ti.
2. Validar tus emociones
Es normal sentir tristeza, enojo o nostalgia. No luches contra esas emociones; reconócelas como parte del proceso de cambio.
3. Entender el valor simbólico de la comida
La comida no solo alimenta el cuerpo, también está cargada de significado afectivo y social. Identificar qué rol emocional jugaban ciertos alimentos te ayudará a entender mejor tu duelo.
4. Crear nuevos rituales
Sustituir viejos hábitos por otros que nutran cuerpo y mente: preparar una nueva receta saludable, celebrar logros no relacionados con la comida, o crear un ritual de autocuidado semanal.
5. Buscar apoyo emocional
Hablar con un terapeuta, un grupo de apoyo, o personas de confianza puede hacer una gran diferencia en tu proceso. No tienes que hacerlo solo.
6. Ser paciente contigo mismo
El duelo lleva tiempo. Algunos días serán más difíciles que otros. Permítete avanzar a tu propio ritmo sin exigirte perfección.
7. Reformular tu narrativa
En lugar de ver la dieta como una pérdida, comienza a verla como una oportunidad para construir algo nuevo: una versión más consciente y amorosa de ti mismo.
Recuerda que cada duelo es individual y en el área de Terapia de Apoyo en VIME te acompañaremos, reconoceremos y validaremos tu dolor. También te ofreceremos un espacio seguro para expresar sus emociones.