El agua y el cuerpo
16 febrero, 2024 por
L.N. Edgar Zaragoza
Hay muchas cosas en esta vida y lo vivimos tan cotidianamente que lo damos por sentado. No les damos la importancia que se merecen y una de ellas es el agua. En todos los seres vivos el agua está presente, participando en un sinfín de procesos biológicos básicos para la vida, además de ser muy probablemente el origen de la vida misma.

En el ser humano comprende alrededor del 75% de la masa libre de grasa de un cuerpo, cambiando acorde a las características propias de cada uno. La distribución del agua en el cuerpo se puede dividir en dos, en extra celular e intracelular.

El agua extracelular, como su nombre nos puede decir, es la que tal cual se encuentra fuera de la célula. Incluye el plasma sanguíneo, el líquidos que se encuentran entre los tejidos, y ayuda al transporte de electrolitos y nutrientes, así como eliminar desechos.

Por otro lado, tenemos al agua intracelular, que sencillamente es la que se encuentra en las células. En este se dan los procesos celulares, como el obtener energía y la replicación del ADN, etcétera.

Lo más importante es tener un balance entre ambos, tanto como el agua intracelular y extracelular. Aun así, hay muchas situaciones que puedan cambiar este balance, algunas pueden ser positivas y otras no tanto. Cambios en la composición corporal, el clima y la deshidratación pueden influir en los movimientos de agua en el cuerpo.

Tomando en cuenta esto, también podemos observar que cada órgano utiliza el agua para sus propios fines y funciones, y que una deshidratación puede alterar sus funcionamientos. Por ejemplo, el cerebro está formado casi en un 85% agua. Una deshidratación severa puede alterar esta composición. Aparte, está cubierto por las meninges, que son unas capas con agua que ayuda que ante un movimiento brusco el cerebro no se estampe contra el cráneo. Funcionan como amortiguadores. Se ha visto que una disminución del 1% de la hidratación corporal ya hay alteraciones en el funcionamiento normal del cerebro.

En los pulmones el agua es de suma importancia para humedecer el aire seco que se inhala, para después exhalarlo húmedo. La deshidratación crónica puede acarrear problemas en los pulmones como asma y bronquitis crónica. Un casó más es la del trabajo en conjunto del corazón y riñones. La deshidratación provoca que el trabajo de los riñones se vea dificultado al eliminar toxinas y desechos, así mismo el corazón puede tener arritmias al tener que bombear una sangre más espesa.

El cuerpo se autorregula por medio de los líquidos corporales. Si vamos a un lugar con un clima muy caluroso, el cuerpo va a retener líquidos para mantenerse fresco. Por otro lado, si vamos a un lugar con bajas temperaturas la orina será más frecuente, pues al cuerpo le sale caro mantener esa agua caliente. 

Siempre es buen observar el color de la orina, que no sea ni muy concentrada ni muy diluida. También las mucosas orales y nasales que no estén resecas, además de los ojos, la deshidratación puede provocar vista borrosa.

El cuerpo está en constante comunicación con nosotros, aprender a escucharlo es esencial. Acércate con tu nutrióloga para buscar estrategias para la hidratación a lo largo del día. En VIME trabajamos para tu salud.
L.N. Edgar Zaragoza 16 febrero, 2024
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