En el transcurso de la pérdida de peso, el cuerpo se va transformando y va cambiando desde adentro hasta el exterior. Hemos explicado y contado cómo es el proceso físico de la pérdida de peso, y se puede mencionar fácilmente lo “bueno” de bajar de peso, y es que claro que el hecho de hacerlo trae muchos beneficios de salud, movilidad corporal e incluso autoestima. Pero poco se habla sobre lo difícil que es llegar a estos beneficios o simplemente aceptarlos. 

La relación que formamos con nuestro cuerpo es por mucho la más larga y duradera que tendremos el resto de nuestra vida, por ello el cambio puede vivirse desestructurante. Es importante que durante el proceso de cambio le vayamos dando lugar a eso que va moviéndose interior y exteriormente. 

He podido observar que en el paso de un cuerpo a otro la deconstrucción entorpece a veces el camino, que por mucho que deseen bajar de peso, algo empieza a asustar, verse diferente, sentirse extraño y en ocasiones eso provoca ciertas resistencias al cambio.

Entonces, me gustaría decirte que la sensación de haber perdido algo es real, es valida y tiene todo el sentido que exista en tu mente. Con el cambio de hábitos, la baja de peso y el cambio en tu cuerpo, no solo se perdieron kilogramos, no solo se perdió grasa y malos hábitos alimenticios, también se van perdiendo ideas que creías correctas a lo largo de tu vida, costumbres familiares o sociales, muchas veces se pierden relaciones personales con amigos, familia o parejas, que empiezan a tener objetivos y caminos distintos al tuyo. Y sí, claro que se pierde, pero con todo eso también se gana. 

Tal vez te preguntes algunas veces: ¿qué cosa puedes ganar cuando pierdes lo que conoces incluso tu cuerpo?

Vamos a llamarlo: nuevas oportunidades. Eso pienso que son. Y es que ya te esforzaste semanas, tal vez meses, en este proceso de cambio. Algo hubo en ti que te impulso a iniciar esta transformación y aunque nadie te haya dicho todo lo que venía, ya lo vas logrando. Has tomado en tus manos la posibilidad de una vida distinta, digamos más ligera, aprendiendo integrar como un todo tu cuerpo y mente.  Sé que se siente extraño habitar un cuerpo distinto pero también sé que tiene beneficios, grandes beneficios en movimiento y salud. Por ello me atrevo a invitarte a disfrutar este nuevo espacio, hazlo tuyo, recorre con tus ojos cada centímetro de tu piel, recorre con tus manos la textura de tu cuerpo, memoriza su forma y apreciada, mírate en el espejo. Esta obra la has creado tú, con tu dedicación y esfuerzo. El trabajo que has hecho ha sido grandioso, eso no significa que ya termino pero si que puedes seguir cuidándolo con lo que has aprendido, de manera consciente, con amo. Esa es la mejor forma de reconocer tu cuerpo, amándolo y dándole la oportunidad de reinventarse. 

Y si la respuesta a la pregunta inicial de este blog es: Sí, este es tu cuerpo.