¿Por qué el ejercicio moderado trae tantos beneficios cardiovasculares?
26 enero, 2024 por
L.F. Leonardo Camarena
El ejercicio físico va producir una serie de cambios en el organismo los cuales van hacer que sus funciones sean más eficientes no solo durante la práctica del siguiente ejercicio o serie de ejercicios, sino también durante las actividades de la vida diaria son apreciables estos cambios.

Algunos autores han postulado diversas teorías al respecto con la finalidad de explicar este fenómeno, entre las más populares se encuentra la ley de adaptación biológica y el síndrome de adaptación general, sin embargo aún no hay una teoría o ley 100% precisa que explique este comportamiento del organismo. Lo que si se tiene bien estudiado es como los sistemas responden inmediatamente después del ejercicio o después de una serie de ejercicios pasado un tiempo determinado, a lo cual se llama Respuesta y Adaptación respectivamente.

Estas respuestas y adaptaciones van a depender, además del tiempo que se practique el ejercicio, del tipo de ejercicio que se realice. Debido a la enorme complejidad y cantidad de sistemas implicados durante la práctica del ejercicio físico, para el siguiente escrito me limitaré a señalar algunas respuestas y adaptaciones propias del sistema cardiovascular durante la práctica del ejercicio y de este modo descubrir por qué resulta de gran importancia para el mantenimiento de la salud. 

Para iniciar indicaré que el sistema cardiovascular está compuesto por el corazón, vasos sanguíneos como arterias, venas, arteriolas, vénulas y capilares, y en conjunto durante el ejercicio funcionan para transportar el oxígeno y combustibles hasta las zonas del cuerpo que más las necesitas, retirar productos de desecho resultado del metabolismo y funciona también como regulador de la temperatura. 

Se puede decir que las respuestas y adaptaciones en el sistema cardiovascular van a buscar mantener estas funciones principales en un contexto de esfuerzo, pero recordemos que no todos los esfuerzos son iguales. No es lo mismo correr detrás del camión en comparación con una carrera de maratón, son contextos extremadamente diferentes aunque el ejercicio sea el mismo (correr), por lo que los mecanismos de respuesta y adaptación también serán diferentes, es por eso que me enfocaré solo en las cargas submáximas.

Las cargas submáximas se pueden comprender como un esfuerzo moderado, o sea, no requieren de un esfuerzo extenuante. Más bien puede ser una zona de entrenamiento considerada tranquila, suave y fácil de practicar, pero con la característica de tener un periodo de duración largo arriba de los 15 minutos.
 
Esta carga de ejercicio suele ser el preámbulo para otras cargas de entrenamiento más exigentes, por ejemplo, se puede emplear fácilmente durante un calentamiento. De cualquier forma, el corazón responderá de manera tal que aumentará paulatinamente sus latidos, y con esto, aumentar la cantidad de sangre que puede entrar en el corazón para ser bombeada.

Después de varias semanas realizando este entrenamiento, el corazón se adapta para que sea capaz de contener aún más cantidad de sangre y se puede apreciar como aumenta su tamaño de manera equilibrada, esto produce que cada vez se requiera de menos latidos para transportar la misma cantidad de sangre. Y por ende, el cuerpo cuenta con mayor cantidad de oxígeno y nutrientes disponibles a través de la sangre.  

Por otro lado, el mismo aumento del flujo de sangre estimula la creación de nuevos vasos sanguíneos (proceso llamado angiogénesis), principalmente en los músculos activos, hecho que sumado a las adaptaciones anteriores tienden a disminuir la presión arterial de manera significativa después de un periodo de entrenamiento de varias semanas, ya que la sangre puede ser distribuida de mejor manera a todos los rincones del cuerpo sin que los vasos sanguíneos opongan tanta resistencia. 

Como se puede observar, los signos vitales se ven beneficiados ya que estos mecanismos de adaptación controlan eficazmente la tensión arterial y la frecuencia cardiaca y mantienen el corazón y vasos sanguíneos fuertes y sanos. Además, un mayor transporte de oxígeno y nutrientes a través de la sangre mejora significativamente la condición física, la tolerancia al esfuerzo, fortalece la respiración, reduce el tiempo de recuperación, mejora el estado de ánimo y la concentración, etc..

Para concluir, se puede decir que hacer ejercicio con una carga de esfuerzo moderado tiene enormes beneficios para la salud cardiovascular, por lo que realizar ejercicio no necesariamente implica llevar al límite las capacidades, solo se necesita saber que tipo de carga de ejercicio es la adecuada para ti y para tu salud. Y es por eso que consultar con un experto puede ser una estupenda idea. 
L.F. Leonardo Camarena 26 enero, 2024
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