Adaptaciones cardiovasculares y entrenamiento físico
26 abril, 2024 por
L.F. Roberto Hernández
El ejercicio físico es una valiosa herramienta para la promoción y cuidado de la salud. Es ampliamente difundido que durante el siglo XXI las necesidades de salud han cambiado, ya que dentro de la contemporaneidad, las crecientes enfermedades cardiovasculares se han tornado uno de las principales causas de muerte a nivel global. Es por esta razón que la salubridad pública y privada busca la implementación del ejercicio físico y el deporte dentro de distintos escenarios como lo son las instituciones educativas, centros de salud y centros culturales, donde se busca que el estímulo generé respuestas y adaptaciones fisiológicas en nuestro organismo. Dentro de ellas se espera que el sistema cardiovascular sea uno de los que se vea más beneficiado pues será importante para proteger a nuestro cuerpo en el día a día a nivel de resistencia, o ante alguna patología cardiovascular.

A continuación te enlistan los beneficios de la adaptación fisiológica derivada del entrenamiento físico. Esta se refiere a los cambios producidos dentro los distintos órganos y sistemas ante el estrés biológico que produce la práctica de ejercicio cuando se desempeña con cierta regularidad.

● El corazón y los vasos sanguíneos se enriquecen con este hábito. Existe un aumento del 20% de la masa muscular cardiaca, el cual puede ser conocido como una “hipertrofia cardiaca”.

 Hay un aumento de la circulación directa del corazón al generarse mayor cantidad de capilares que nutren y oxigenan las fibras musculares del corazón.

 Existe el aumento del radio de las arterias que irrigan la parte más superficial de corazón.

 Se puede originar una disminución de la presión arterial en pacientes con presiones arteriales normales y que padezcan hipertensión, esto ocasionado por una mejora de la circulación sanguínea.

Mejora el perfil lipídico en sangre al aumentar los niveles de concentración sérica y la sustitución del colesterol malo “LDL” por el colesterol bueno “HDL” dentro de los vasos sanguíneos.

 Los cambios producidos en el sistema cardiovascular permiten madurar la capacidad deportiva de la persona físicamente activa.

 La maduración del sistema cardiovascular influye a la disminución de la resistencia a la insulina, ya que la capa interna de los vasos sanguíneos (conocida como endotelio) incrementan su funcionalidad de permeabilidad. Con ello se logra un mejor paso de las sustancias circulantes en sangre hacia los tejidos y en particular el tejido muscular aumenta su capacidad de captar y metabolizar de mejor manera la glucosa. 

Los riñones cuentan con su sistema de circulación el cual se encarga de suministrarse sangre y con ello permitir la eliminación de sustancias tóxicas a través de la acción de orinar. Con el paso del tiempo y con la práctica de ejercicio físico, beneficiarán a una disminución de las resistencias que pueden imposibilitar la circulación de la sangre a través de los vasos sanguíneos que conectan con los riñones.

Es impresionante como el ejercicio físico ocasiona cambios importantes dentro de nuestro organismo y cómo esta práctica nos prepara ante situaciones, agentes y hasta enfermedades presentes dentro del ambiente en el que nos desarrollamos que pueden atentar y afectar a nuestro estado de salud en algún punto de la vida. Sin duda alguna, el ejercicio físico es un aliado importante para el cuidado de la salud. Hay que ver al ejercicio o la práctica de deporte como un hábito, ya que los beneficios de las adaptaciones cardiovasculares se van produciendo con la práctica recurrida, por lo tanto, cuanta más interacción tenga la persona con estas prácticas mejor será el proceso de adaptación. 

Por otra parte, si en algún punto se deja de lado la práctica de ejercicio físico habrá una involución de algunas de las funciones que se produjeron con los cambios de las adaptaciones cardiovasculares, de tal forma que la práctica regular de ejercicio permitirá disminuir de manera importante los factores de riesgo que participan para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
L.F. Roberto Hernández 26 abril, 2024
Compartir
Archivo