La importancia de la hidratación en la actividad física
24 marzo, 2023 por
L.F. Diana López
La actividad física se reconoce hoy día como una herramienta básica para mantener una buena salud física y mental. Se recomienda realizar una actividad física adecuada a nuestra edad y a las condiciones específicas de cada persona, así como alimentarnos de forma equilibrada y estar bien hidratados.

Más de un 60% de nuestro organismo está compuesto por agua. Siendo un porcentaje tan importante es fundamental aportar al organismo una correcta hidratación a lo largo del día que nos ayudará a estar más sanos, mejorar el aspecto de la piel y tener una herramienta extra para el buen funcionamiento de nuestros órganos, siendo clave para la pérdida de peso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta de dos litros de agua diarios para la población adulta. Al realizar cualquier actividad física, hay una parte que se pierde a través del sudor y por lo tanto hay un incremento en la necesidad de consumir agua.

El agua es tan importante en nuestro cuerpo al momento de hacer actividad física ya que gracias a ella se:

Facilita el transporte de nutrientes, vitaminas y minerales por el organismo.

Activan las enzimas esenciales para suministrar la energía que necesita el cuerpo.

Favorece la eliminación de impurezas y toxinas del organismo.

Lubrica y proporciona soporte estructural a los tejidos y articulaciones.

Regula la temperatura corporal, ya que durante el ejercicio físico el 75% de la energía empleada se disipa en forma de calor, y gracias a la evaporización del sudor a través de la piel, el cuerpo es capaz de mantener la actividad muscular sin producirse una elevación excesiva de la temperatura corporal.

Por lo tanto, mantener una adecuada hidratación antes, durante y después de la realización de la actividad física es esencial para la práctica responsable, segura y así lograr así un mayor desempeño físico.

Por su parte, la Fundación Española del Corazón asegura que el agua es fundamental para evitar la deshidratación, cuya consecuencia limitaría el rendimiento humano provocando lesiones o riesgos más graves a nuestro organismo. La deshidratación a grandes rasgos se clasifica en tres fases:

La deshidratación leve: podrían provocar dolor de cabeza, debilidad, mareos, fatiga, cansancio y somnolencia.

La deshidratación moderada: incluye sequedad de boca, poco o ningún volumen de orina, pesadez, un pulso cardiaco rápido y falta de elasticidad de la piel.

La deshidratación grave: está caracterizada por sed extrema, falta de volumen de orina, aceleración de la respiración, alteración del estado mental, piel fría y húmeda.

Así que para evitar una deshidratación en tu día a día y al momento de hacer actividad física o deporte, te dejo una serie de consejos para estar bien hidratado:

Es recomendable beber 500 ml dos horas antes del ejercicio, entre 100-150 ml cada 15-20 minutos durante el ejercicio, y 500 ml después del ejercicio.

Es recomendable que tomes pequeños sorbos durante el ejercicio, así te mantendrás hidratado constantemente.

Lo ideal es que el agua este templada para que el cuerpo la asimile más rápido. Ya que si el agua esta fría el organismo deberá regular primero la temperatura antes de asimilarla.

Para actividad física de baja o moderada intensidad y de menos de una hora con baja sudoración, será suficiente con tomar agua.

Para actividades de alta intensidad o larga duración con sudoración excesiva es recomendable tomar bebidas con electrolitos o agua mineral. Te ayudarán a prevenir la fatiga al reponer líquidos, sales, minerales y glucosa, contribuyendo de esta manera a una mejora del rendimiento físico.

Evitar tomar agua durante momentos de alta frecuencia respiratoria (hiperventilación), pues al hidratarnos en estos momentos estaremos privando a nuestro organismo del oxígeno cuando más lo necesita. 

Evita tomar bebidas con cafeína antes del ejercicio, pues tienen efectos diuréticos que pueden acentuar la deshidratación.

No dejes de lado las recomendaciones que te hago mención en este blog, ya que alguna de ellas podría ayudarte a mejorar tu hidratación e inclusive salvarte de la deshidratación. Sé practica y siempre lleva una botella pequeña de entre 250 y 500 ml, ya sea en tu bolso o en la mano. Anticípate y ten lista la botella a la hora de salir ya sea a tu entrenamiento o a cualquier otra actividad, pequeñas diferencias pueden hacer un gran cambio. 

L.F. Diana López 24 marzo, 2023
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