El Síndrome Metabólico es un grupo de enfermedades, trastornos o factores de riesgo que puede padecer un paciente al mismo tiempo y genera riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Entre estos trastornos se encuentran el azúcar en sangre elevada, aumento presión arterial, exceso de grasa corporal y niveles elevados de colesterol y triglicéridos. 

En México, 9 de cada 10 adultos tiene al menos una de estas alteraciones por lo que es importante realizar intervenciones para evitar complicaciones, pero ¿cómo saber si se tiene Síndrome Metabólico?


Diagnóstico

Para que se pueda diagnosticar se requiere que el paciente tenga tres o más de los factores de riesgo que a continuación revisaremos. 

1. Exceso de grasa abdominal: 
Circunferencia de cintura mayor a 90 cm en hombres y 80 cm en mujeres.

2. Presión arterial elevada: 
Mayor a 130/85 mmHg, o bien, tener un tratamiento farmacológico para la hipertensión arterial previamente diagnosticada.

3. Niveles anormales de colesterol HDL: 
Niveles menores de 40 mg/dl en hombres y 50 mg/dl en mujeres, o bien, llevar un tratamiento farmacológico para esta alteración previamente diagnosticada.

4. Niveles anormales de triglicéridos: 
Niveles mayores a 150 mg/dl, o bien, llevar un tratamiento farmacológico previamente diagnosticado.

5. Azúcar en sangre elevada: 
Niveles en ayuno de mayor o igual a 100mg/dl, o bien, llevar un tratamiento farmacológico para la diabetes previamente diagnosticada.

​Si se tiene solo uno de los anteriores factores de riesgo, no se marca diagnóstico de Síndrome Metabólico, sin embargo, significa que hay un mayor riesgo de contraer una enfermedad grave.

Este síndrome se asocia directamente con sobrepeso, obesidad y la falta de actividad física, además de la resistencia a la insulina por lo que los malos hábitos alimenticios son pieza fundamental en la prevención.

Prevención

Un estilo de vida saludable es clave para prevenir estas alteraciones relacionadas al Síndrome Metabólico. Dentro de las recomendaciones para poder lograrlo encontramos las siguientes:

►  Realizar actividad física por lo menos 30 minutos la mayoría de los días.

► Consumo alto de verduras, frutas, alimentos de origen animal con bajo aporte de grasa y cereales integrales.

►  Limitar el consumo de sal, azúcares y grasas saturadas en tu dieta.

►  Mantener un peso saludable.

►  No fumar.

Es importante saber que las recomendaciones anteriores no solamente son para prevención, sino que también van a ayudar a poder mejorar ciertos aspectos de mi salud si ya se tiene un diagnóstico previo. Para un beneficio a largo plazo y que evite complicaciones mas específicas, es necesario un tratamiento con profesionales de la salud, los cuales ayudarán a monitorear la evolución del riesgo metabólico.

Tratamiento

Como el Síndrome Metabólico no se clasifica como una enfermedad como tal, no tiene una cura especifica. Una intervención oportuna por medio de trabajo interdisciplinario (nutriólogo, médico, fisioterapeutas y psicólogo) van a permitir mejorar el riego metabólico y reducir el riesgo de una complicación y de una mortalidad prematura.

Estos especialistas te ayudarán a personalizar un tratamiento nutricional adecuado para mejorar los factores de riesgo, adaptando un plan de alimentación de acuerdo los requerimientos específicos de tu cuerpo.