¿Por qué dejar de comer (o comer muy poco) no es la solución para bajar de peso?
17 noviembre, 2023 por
L.N. Daniela Aguilar
Existe la creencia de que comer pocas veces al día y saltarse una comida cómo el desayuno o la cena, permite que el cuerpo tenga pérdida de peso. Pero en realidad, permanecer demasiado tiempo sin alimentarse puede ocasionar graves desequilibrios en tu organismo, e incluso generar lo contrario a lo que estabas buscando. Tu cuerpo es muy inteligente y este no permitirá que se pierdan las funciones corporales básicas que necesitas sólo porque estás comiendo menos, es por ello que se adapta a la cantidad de alimento que le das y entra en un estado de “metabolismo basal”, el cuál compensará la falta de nutrientes reteniendo la mayor cantidad de alimento posible para que sobrevivas. En estos casos, el cuerpo recibe señales de alarma de que no se han ingerido alimentos que generen la suficiente energía al organismo y pone en marcha el ahorro de energía acumulando grasa para el futuro. De este modo, el metabolismo se acostumbra a trabajar más lento, es decir, le cuesta más metabolizar a la grasa. 


¿Qué sucede en tu cuerpo cuando dejas de comer? 

El ayuno se divide en tres fases debido a las fuentes de energía que ocupa: 

Primera fase: 

La glucosa que tenemos en nuestra sangre y la reservada en nuestro hígado y músculo (llamado glucógeno hepático y muscular) se empieza a utilizar hasta agotar todas las reservas, dependiendo de la cantidad almacenada por el cuerpo. 

Segunda fase: 

Se genera una hipoglucemia al bajar los niveles de glucosa en sangre, por tanto, el cuerpo moviliza las reservas de proteína en el músculo para empezar a producir glucosa a través de ellas y no quedarse sin energía. 

Tercera fase: 

Se intensifica la utilización de las proteínas del músculo hasta agotar existencias y la grasa almacenada empieza a producir cuerpos cetónicos, a través de los cuáles se obtiene energía. Uno de los signos más comunes para identificar que tu cuerpo está en un estado de ayuno y ocupando todas las reservas energéticas posibles es la aparición de edema, es decir, la acumulación de líquido entre los tejidos superficiales resultando en hinchazón, dolor y pesadez en los miembros inferiores y superiores del cuerpo. 

Tu cuerpo genera varias compensaciones para poder lidiar con la falta de alimento que pueda estar teniendo, pero además, saltarse una comida provoca que nuestro organismo produzca más insulina, que es la hormona responsable de que las células puedan disponer de la glucosa necesaria para el gasto energético. Si hay más cantidad de insulina, más necesidad tiene el cuerpo de ingerir alimentos, por lo tanto, en la siguiente comida el apetito será más voraz y tu ingesta será mayor y más veloz, lo cual es un factor importante que contribuye al aumento de peso. 

Los ayunos prolongados también pueden provocar que nuestro organismo desarrolle obesidad, diabetes de tipo 2 o una hipoglucemia. Generan que tu intestino se atrofie, la manera en la que absorbes y digieres los diferentes alimentos cambie, también que tu respiración sea diferente y se empiece a oxidar a tu cuerpo de mayor manera debido al desequilibrio que se genera en tu pH corporal. También las concentraciones de minerales y electrolitos en tu sangre cambien, provocando una descompensación hídrica y un menor funcionamiento de los órganos. 


¿Qué hacemos ante esto? 

Es posible salir de este metabolismo ahorrador y empezar a disminuir tu peso. Lo que debes hacer es llevar una dieta correcta que involucre todas las características necesarias para volver a poner a andar a tu metabolismo. Una alimentación saludable debe de ser: 

1. Completa: que incluya todos los grupos de alimentos en cada tiempo de comida fuerte. 

2. Equilibrada: que cada grupo esté en su porción adecuada. 
3. Variada: que incluyamos un diferente alimento de cada grupo en las diferentes comidas del día. 
4. Suficiente: que quedes satisfecho en cada comida y no pases hambre.  
5. Adecuada: acorde a tu edad, sexo, estatura, gustos y demás.
6. Inocua: que no ponga en riesgo a tu salud ni comprometa las otras características de tu dieta. 

En resumen, lo mejor que puedes hacer es comer cada 3-4 horas eligiendo comidas y colaciones que incluyan una variedad de alimentos saludables. Esto asegurará que tu cuerpo no busque reservar alimento, te nutras de manera adecuada y tu metabolismo actúe de manera normal. 

Recuerda incluir toda variedad de alimentos diferentes que permitirán que obtengas todos los nutrimentos necesarios para mantener a tu cuerpo saludable. Lo que tu nutrióloga te prescribe en tu plan de alimentación está calculado de tal manera que te permitirá mantenerte sano, por ello confía en ella y mantente apegado al plan para lograr los objetivos que deseas. Y recuerda que siempre es mucho mejor alimentarte que no hacerlo, tu cuerpo lo necesita y agradecerá el alimento que le das. 

Está en ti elegir con que lo nutres.
L.N. Daniela Aguilar 17 noviembre, 2023
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