Glucosa vs. Cetonas: Las fuentes de energía de tu cuerpo, 
¿cuál te conviene más?

Nuestro cuerpo necesita energía para funcionar y esa energía puede venir de diferentes fuentes. Las dos más importantes son la glucosa, que proviene principalmente de los carbohidratos que comemos (pan, frutas, cereales, etc.), y las cetonas, que se generan cuando el cuerpo usa la grasa como combustible. Este cambio en la fuente de energía ocurre, por ejemplo, cuando seguimos una dieta cetogénica.


¿Qué es la glucosa y cómo funciona?

Cuando comemos alimentos ricos en carbohidratos (como pan, arroz, pasta o frutas) el cuerpo los transforma en glucosa. Esta glucosa pasa al torrente sanguíneo y se convierte rápidamente en energía que usamos para movernos, pensar o hacer nuestras actividades diarias.

La glucosa es útil cuando necesitamos energía de manera inmediata, por ejemplo, durante el ejercicio. Sin embargo, si consumimos más glucosa de la que necesitamos, el cuerpo guarda ese “exceso” en forma de grasa. Por eso un consumo constante y elevado de carbohidratos puede favorecer el aumento de peso con el tiempo.


¿Qué son las cetonas y por qué se producen?

Cuando reducimos el consumo de carbohidratos, como ocurre en la dieta cetogénica, el cuerpo entra en un estado llamado cetosis. En este estado el hígado empieza a convertir las grasas en cetonas que se transforman en una nueva fuente de energía. Esta energía es especialmente útil para el cerebro y otros órganos que también pueden usar cetonas en lugar de glucosa.

Las cetonas tienen varios beneficios:

● Ayudan a mantener la energía estable durante el día.

● Reducen el apetito de forma natural.

● Mejoran el enfoque y la concentración.

● Favorecen la quema de grasa corporal.


¿Sabías que las cetonas también ayudan a regular funciones del cuerpo?

Además de proporcionar energía, las cetonas cumplen una función muy interesante: actúan como moléculas de señalización. Esto significa que influyen en procesos celulares importantes, como el control de la inflamación y el equilibrio del metabolismo. Por ejemplo, hay una cetona llamada beta-hidroxibutirato (BHB) que tiene evidencia de reducir el estrés celular y ayudar al cuerpo a funcionar mejor (Puchalska & Crawford, 2017).

Este hallazgo ha llevado a los científicos a estudiar el papel de las cetonas no solo en la pérdida de peso, sino también en la prevención de enfermedades crónicas.


Cetonas y salud metabólica

La dieta cetogénica no solo ayuda a perder peso, sino que también mejora varios indicadores de salud, especialmente en personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2. 

Estudios recientes han demostrado que seguir este tipo de alimentación puede:

● Disminuir los niveles de azúcar en sangre.

● Reducir los triglicéridos.

● Mejorar la presión arterial.

● Aumentar la sensibilidad a la insulina.

Además, puede ayudar a mantener un apetito más controlado y una mayor saciedad, lo cual facilita mantener un peso saludable a largo plazo.


¿Y qué pasa con el cerebro?

Una de las razones por las que muchas personas se sienten “más despejadas” y “con más claridad mental” con la dieta cetogénica es porque el cerebro puede usar las cetonas como una fuente de energía limpia y eficiente.  Esta alternativa energética ha sido estudiada desde hace décadas en personas con epilepsia, ya que ayuda a reducir la frecuencia de las convulsiones.

Hoy día también se están investigando los beneficios de las cetonas en enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, donde el cerebro tiene dificultades para usar la glucosa de forma adecuada. Las cetonas pueden ayudar a suplir esa carencia de energía y mejorar el funcionamiento cerebral.


Entonces… ¿glucosa o cetonas?

Ambas fuentes de energía son útiles. La glucosa es ideal para situaciones que requieren energía rápida, como ejercicios intensos o momentos de alta demanda. Pero un exceso puede llevar a desequilibrios si no se utiliza de forma adecuada.

Las cetonas, por su parte, proporcionan una energía más constante y favorecen el uso de la grasa corporal como combustible. También ofrecen beneficios adicionales para el metabolismo y el cerebro.

La mejor opción dependerá de tu estilo de vida, tus objetivos de salud y tu contexto particular. 

En VIME te ayudamos a descubrir si una alimentación cetogénica es adecuada para ti, siempre guiados por un enfoque profesional y personalizado.