Alimentos funcionales y nutracéuticos
22 septiembre, 2023 por
L.N. Frida Gil Flores
La alimentación como motor o fuente de energía tiene un papel fundamental en el desarrollo de la obesidad, por lo tanto, una modificación o intervención va a ser vital en la prevención y tratamiento de esta.

El problema es complicado. No es fácil renunciar a los placeres de comida y bebidas, sin embargo, la alimentación no debe de tratarse de una lucha contra la báscula como lo ha sido alrededor de los últimos años. La alimentación debe ser significado de salud y bienestar, donde los nutracéuticos y alimentos funcionales pueden ser claves añadiendo un valor de prevención y tratamiento de muchas enfermedades.

Un alimento funcional es aquel que además de su aporte nutritivo, contiene componentes que aportan un efecto favorable para la salud lo cual ayuda a reducir riesgo de contraer algunas enfermedades; pueden ser naturales o aquellos a los que se ha añadido, eliminado o modificado algún componente.

EJEMPLOS:

 El aceite de oliva, la soja, el yogur, los frutos secos, los cereales integrales, el pescado o las frutas y verduras.
Las leches infantiles, yogurt, jugos, cereales, margarinas, todos enriquecidos con vitaminas o minerales específicos.

Se define como nutracéutico a aquel suplemento o complemento dietético, proveniente de una sustancia natural presente en algún alimento, que tomada en dosis más altas a las que contiene el propio alimento, tiene efecto beneficioso sobre la salud (más que el alimento por sí solo), en pocas palabras son sustancias provenientes de los alimentos que aportan un efecto favorable en la salud, se encuentran en presentaciones como cápsulas, píldoras, polvos, etc.

Pueden ser:
 Parte de alimento fresco completo
 Parte de un alimento procesado
Una sustancia fortificada o enriquecida de un alimento 

EJEMPLOS:

  Fibra dietética insoluble, omega 3, CLA, selenio, zinc, calcio, vitamina C, probióticos, flavonoides, xreatina, entre otras. 

La diferencia principal entre alimento funcional y nutracéutico es su presentación a la población. Los primeros se presentan siempre en forma de alimento de consumo diario en dieta convencional y no como un jarabe o extracto, cápsula o comprimido como los nutracéuticos. 

Es importante aclarar que ninguno cura enfermedades, ni son sustancias “milagrosas” o “mágicas”. No se trata de sustituir alimentos por alguno de estos dos, si no incorporarlos a nuestro aporte nutricio y de esta manera ayudar con la prevención de enfermedades estando dentro de una alimentación saludable.

Actualmente el concepto de “nutrición adecuada” no es suficiente, no solo se trata de satisfacer necesidades y complacer la sensación de hambre; si no en la potencialización de los alimentos para mejorar la salud, bienestar y reducir riesgo a enfermedades, se necesita una “nutrición óptima”, en la cual se encuentran los alimentos funcionales y nutracéuticos. 

Esta nueva visión de nutrición abre la posibilidad de orientar alimentos o sustancias (alimentos funcionales y nutracéuticos) a tratamientos para mejorar niveles de colesterol, riesgo de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y cáncer, entre otras, siempre de la mano de un especialista para una correcta prescripción de estos, en un plan de alimentación de acuerdo con las necesidades y objetivos de cada persona.
L.N. Frida Gil Flores 22 septiembre, 2023
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